A pesar de que la diversidad gastronómica en la parroquia es escasa, existe una preparación que sin lugar a dudas caracteriza de manera muy particular a Perucho. Esta rica tradición se ha ido transmitiendo de generación en generación, pero como una costumbre familiar que ha trascendido muy poco en el plano turístico como un plato típico. Según los antecedentes, alguna familia peruchana ya comercializaba este
producto en el restaurante de su propiedad en Quito. En el año 2005, durante una visita del alcalde a la localidad surge la iniciativa de recuperar el sancocho que se preparaba de forma exclusiva en casi todas las familias de la localidad. Este plato fue presentado en el primer festival de la ruta escondida en Atahualpa, posteriormente se popularizó en otros eventos masivos. Actualmente es muy apetecido entre los turistas que ha empezado a llegar a la zona.